La certificación WELL se puede buscar en diferentes tipologías de proyectos, desde oficinas, viviendas, restaurantes, hoteles, comercios, naves industriales y más. El estándar también nos brinda flexibilidad de buscar la certificación en edificios nuevos e incluso edificios existentes.
¿Por dónde empezar?
Como primer paso, se sugiere realizar una valoración del proyecto para determinar adiciones y cambios requeridos en el proyecto. Será recomendable realizar pruebas de calidad del aire, calidad del agua, acústica, iluminación y confort térmico para poder identificar áreas de oportunidad.
Basado en los resultados de estas pruebas, algunos cambios que pudieran requerirse en proyecto son:
Reemplazar e instalar filtros con eficiencia MERV 13 o mayor, en sistemas de HVAC.
Instalar filtros de agua (osmosis inversa, carbón activado, entre otros).
Instalar monitores de CO2, CO, formaldehido, etc.
Realizar ajustes en el layout para mejorar penetración de iluminación natural en los espacios de trabajo.
Instalar paneles acústicos en muros y plafones con un alto coeficiente de reducción de ruido.
Integrar elementos que permitan la conexión con la naturaleza (plantas, vistas al exterior o elementos de agua).
Posteriormente, se podrá comenzar con la implementación de políticas y procesos para promover la salud y bienestar de los ocupantes, por ejemplo:
Incentivos para promover actividad física
Protocolos de limpieza
Encuestas de confort
Cursos y talleres para promover la salud mental y manejo de estrés (e.g. mindfulness)
