Mientras que ambas certificaciones pueden abrir la puerta a una Hipoteca Verde, EDGE Advanced destaca como la opción más factible, eficiente y económica, particularmente para proyectos residenciales.

La certificación EDGE y la Hipoteca Verde están íntimamente relacionadas. Sin embargo, para que una vivienda sea elegible para una Hipoteca Verde, debe alcanzar el nivel de certificación EDGE Advanced, lo que implica un ahorro del 40% en energía. Esto asegura que la vivienda no solo cumple con los requisitos básicos de sostenibilidad, sino que también representa un modelo de eficiencia energética superior.

En el mundo de la construcción sostenible, la transparencia y la reducción del impacto ambiental son fundamentales. Las Declaraciones Ambientales de Producto (EPDs) se han convertido en una herramienta clave para quienes buscan alcanzar la certificación LEED.

La certificación EDGE es una herramienta y un estándar de construcción verde que ayuda a diseñar, construir y operar edificios más sostenibles. El programa EDGE se centra en tres áreas principales de eficiencia.

La certificación LEED se ha convertido en un estándar global para edificios sostenibles, promoviendo prácticas que no solo benefician al medio ambiente, sino también a las economías locales y al bienestar de las personas.

Como primer paso, el proyecto se evalúa utilizando la herramienta EDGE, que es gratuita y accesible en línea.

La certificación WELL se destaca como un estándar de referencia global. WELL es un sistema de evaluación que mide y monitorea las características del entorno construido que impactan la salud y el bienestar humano.

Cuando se trata de certificar edificios existentes, surge la pregunta: ¿Cuál es la mejor opción entre EDGE y LEED?  A la hora de decidir entre EDGE y LEED para la certificación de edificios existentes, es importante considerar las necesidades y objetivos específicos de cada proyecto.

¿Qué son exactamente estas evidencias falsas? Son certificados y estudios manipulados o directamente falsificados que intentan demostrar el cumplimiento con criterios de sostenibilidad, cuando en realidad no se cumplen. Este desafío plantea una seria amenaza para la integridad del sistema LEED y para la confianza del público en los edificios que ostentan esta codiciada certificación.