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Mitos sobre la certificación WELL

Autor: Magdalena Magaña

La certificación WELL ha ganado reconocimiento por su enfoque en el bienestar humano dentro de los espacios construidos. Sin embargo, como con cualquier certificación, existen algunos mitos que vale la pena explorar y desmentir para entender mejor su verdadero impacto y beneficios.

Mito 1: Solo es relevante para edificios de oficinas

Aunque inicialmente la certificación WELL se popularizó en edificios de oficinas, en realidad es aplicable a una variedad de tipos de edificios, incluyendo escuelas, hospitales, hoteles e incluso residencias. Cada tipo de proyecto puede adaptar los estándares de WELL para mejorar la salud y el bienestar de sus ocupantes, sin importar el tamaño o la función del edificio.

Mito 2: Es demasiado costoso implementar WELL

Si bien implementar cambios para cumplir con los estándares de WELL puede requerir inversiones iniciales adicionales, muchos de estos cambios pueden traducirse en ahorros a largo plazo. Mejoras como la calidad del aire interior, la iluminación natural y la gestión del agua pueden no solo mejorar la salud y la productividad de los ocupantes, sino también reducir los costos operativos a lo largo del ciclo de vida del edificio.

Mito 3: WELL se centra únicamente en aspectos físicos del espacio

Aunque WELL incluye requisitos específicos para el entorno físico, como la calidad del aire y el agua, también aborda aspectos menos tangibles pero igualmente importantes del bienestar humano. Estos incluyen estrategias para promover el bienestar mental, como la integración de la naturaleza en el diseño, la promoción de hábitos saludables y la creación de comunidades conectadas dentro del entorno construido.

Mito 4: Es demasiado difícil obtener la certificación WELL

Si bien la certificación WELL implica un proceso detallado de evaluación y auditoría, no es inherentemente más difícil que otras certificaciones de sostenibilidad como LEED. Como con cualquier certificación, una planificación adecuada y la integración temprana de los estándares WELL en el diseño y la construcción pueden simplificar significativamente el proceso y mejorar las posibilidades de éxito.

Mito 5: No hay evidencia científica que respalde los beneficios de WELL

La certificación WELL se basa en una extensa investigación científica sobre los efectos del entorno construido en la salud y el bienestar humano. Los estándares están respaldados por la literatura científica actual y se actualizan regularmente para reflejar los últimos avances en la ciencia del bienestar. Los beneficios documentados incluyen mejoras en la calidad del sueño, la reducción del estrés y un aumento general en la satisfacción y la productividad de los ocupantes.

En conclusión, la certificación WELL no solo promueve entornos construidos más saludables y sostenibles, sino que también desafía varios mitos comunes. Es importante comprender que WELL es flexible, aplicable a una variedad de proyectos y puede generar beneficios tangibles tanto para los ocupantes como para los propietarios. Al considerar WELL, los profesionales del diseño y la construcción tienen la oportunidad de impulsar el bienestar humano mientras avanzan hacia un futuro más saludable y sostenible.

 

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